Rutger Bregman propone en Utopia para realistas (Empúries, Barcelona, 2017) una «revolución paso a paso» basada en una renta básica universal, la semana laboral de 15 horas y la supresión de fronteras. Y, sentencia jocoso, «en España, donde hubo una dictadura 40 años, ¿me dirán que las cosas no pueden cambiar?»
Bregman, cree que ha llegado el momento de darle la estocada final a la pobreza, que ha tendido a la baja en los últimos años a nivel global, y de dejar de tener «lo peor de la izquierda y lo peor de la derecha ». No hay que olvidar que fue el republicano Richard Nixon a finales de los 60 el que trató de introducir una renta básica en EEUU y la tumbaron los demócratas en el Senado por considerarla insuficiente.
Y lo cierto, proclama Bregman, es que «es más barato erradicar la pobreza que combatir los síntomas». En los EE.UU., la pobreza infantil, añade, tiene un coste de 500.000 millones de dólares cada año, mientras que fijar una renta básica universal supondría 175.000 millones. Y es que mantener la pobreza tiene enormes costes, tanto en materia de sanidad, seguridad por una delincuencia más elevada. Es necesario, añade Bregman, ver estas políticas como «una inversión a largo plazo que se financia a sí misma», no como se hace habitualmente, que es verlas como un gasto. Otra vía de evitar la pobreza es suprimir fronteras. «La inmigración es la herramienta más poderosa contra la pobreza global», como ha mostrado la historia con los grandes países que han sido «más tolerantes y abiertos que sus competidores», explica Bregman.
Y sobre la renta básica, que gana adeptos, es Joaquin Estefania en Abuelo, ¿cómo habeis consentidas esto?, quien recela de que su principal defensor actual sea el elitista Foro de Davos. «Lo más significativo es que no se habla de lo que puede suponer. Los sindicatos desconfían de que no sea además de ... sino para desmantelar el estado del bienestar». Desconfianza que aportan las canas y la experiencia. Simplemente un poco de escepticismo ante la utopía. Agustí Sala a elperiodico.cat.
Bregman, cree que ha llegado el momento de darle la estocada final a la pobreza, que ha tendido a la baja en los últimos años a nivel global, y de dejar de tener «lo peor de la izquierda y lo peor de la derecha ». No hay que olvidar que fue el republicano Richard Nixon a finales de los 60 el que trató de introducir una renta básica en EEUU y la tumbaron los demócratas en el Senado por considerarla insuficiente.
Y lo cierto, proclama Bregman, es que «es más barato erradicar la pobreza que combatir los síntomas». En los EE.UU., la pobreza infantil, añade, tiene un coste de 500.000 millones de dólares cada año, mientras que fijar una renta básica universal supondría 175.000 millones. Y es que mantener la pobreza tiene enormes costes, tanto en materia de sanidad, seguridad por una delincuencia más elevada. Es necesario, añade Bregman, ver estas políticas como «una inversión a largo plazo que se financia a sí misma», no como se hace habitualmente, que es verlas como un gasto. Otra vía de evitar la pobreza es suprimir fronteras. «La inmigración es la herramienta más poderosa contra la pobreza global», como ha mostrado la historia con los grandes países que han sido «más tolerantes y abiertos que sus competidores», explica Bregman.
Y sobre la renta básica, que gana adeptos, es Joaquin Estefania en Abuelo, ¿cómo habeis consentidas esto?, quien recela de que su principal defensor actual sea el elitista Foro de Davos. «Lo más significativo es que no se habla de lo que puede suponer. Los sindicatos desconfían de que no sea además de ... sino para desmantelar el estado del bienestar». Desconfianza que aportan las canas y la experiencia. Simplemente un poco de escepticismo ante la utopía. Agustí Sala a elperiodico.cat.
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